Parte 3.
Un año después, el carnaval volvió a llenar las calles de Marbella de color y alegría. Javier, sin embargo, no sentía ningún interés por la fiesta. Se negaba a salir de su casa, y apagaba el teléfono para no escuchar las llamadas de sus antiguos compañeros, que le pedían que volviera con ellos. Javier pensaba que ya no tenía nada que ofrecer, que había perdido su talento y su ilusión.